El Salmo 69 presenta a un israelita acosado por sus enemigos por ser fiel a Dios: "Por tu amor Dios mío sácame del cieno...líbrame de los que me odian, que no me arrebate la corriente..."Este hombre comparaba sus enemigos con aguas devastadoras que caen sobre él. Aguas que simbolizan el odio del mundo contra los discípulos de Jesús como El mismo anuncia (Jn 15,18) Pedro vive en su propia carne la angustia del salmista; lo vemos en la violentísima tempestad que azotó la barca de los apóstoles. (Mt 14,22) Jesús les grita a lo lejos: ¡No temáis, soy yo! Pedro le pidió caminar hacia Él. Jesús le dijo: ¡Ven! Pedro saltó de la barca, caminó hacia Jesús confiadamente, pero a un cierto momento el miedo le venció, empezó a hundirse y gritó: Señor, sálvame. Jesús le tendió la mano, le levantó y sus pies volvieron a dominar las aguas.
Recordemos
ahora lo que Dios dijo a la serpiente (Satanás) después de engañar a Adán y Eva:
"Pondré enemistad entre ti y la mujer (María) entre tu descendencia (Jesús)
y la tuya; ella te aplastará la cabeza. (Gn 3,15) Los discípulos de Jesús somos
su descendencia; tenemos el poder para pisotear a la serpiente: las aguas de la
muerte.
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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