Coloquio de Jeremías con Dios: " Cuando encontraba tus palabras las devoraba, eran para mí la alegría y el gozo de mi corazón " Nos sorprende, sin embargo, que el profeta pase del júbilo a una angustia lacerante. La exultación a causa de la Palabra viva en él es rechazada frontalmente por Israel sufriendo así una soledad espantosa. Bien dice Dios: "Mis caminos no son vuestros caminos, ni mis pensamientos vuestros pensamientos" (Is 55,8...) Dios permite está soledad a Jeremías, como también a sus amigos, para hablarles íntimamente de tú a tú; llena sus corazones de El mismo para que sean para el mundo la luz, no la pasajera sino la que permanece (Jn 8,12)
P. Antonio Pavía
Comunidad María Madre de los
Apóstoles
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