Partiendo la
Palabra
El Evangelio de
hoy nos sorprende; solo aquel que detesta a sus padres hermanos etc. ...puede
ser discípulo de Jesús. A primera vista sus palabras nos escandalizan;
penetramos en su sentido y las entenderemos.
En general y con
la mejor de las intenciones los padres desean para sus hijos lo que consideran
más provechoso para ellos: Buena formación académica, que tengan buenos amigos,
un círculo social más que aceptable...etc. Eso está muy bien, pero existe el
peligro de que, por dejar a Dios de lado, ofrezcan a sus hijos un proyecto de
vida en el que Dios, " aun cumpliendo con El" no tenga mucho que ver.
Es decir que les
ofrecen un proyecto de vida mientras que Jesús ofrece su proyecto de Vida (Jn
8,12). Esa es la radical diferencia. Los que se embarcan en este proyecto de
Jesús perfectamente delineado en su Evangelio son una bendición para el mundo
pues sus Vidas son un grito que despierta a sus hermanos de su adormecimiento. Grito
que resuena así:
"¡Buscad los
bienes de allá arriba...!" (Col 3, 1.)
P. Antonio Pavía
Comunidad María
Madre de los Apóstoles
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