El oído y la
boca
Isaías nos dice
en este texto que mañana tras mañana, Dios despierta el oído de sus amigos para
que escuchen como discípulos.
He ahí la razón
de ser de la oración de los discípulos de Jesús y también de su crecimiento
hasta llegar a ser sus discípulos amados; que Él les abre los oídos del corazón
para poder comprender las Escrituras (Lc 24,45).
Volvemos al texto
de Isaías y reparamos en esta profecía acerca del Mesías: aceptará con Amor su
Pasión gracias a la Fuerza que recibe del Padre por el hecho de tener su oído
abierto a su Palabra: " Yahvé me ha abierto el oído y yo no me resistí ni
me hice atrás, ofrecí mis espaldas a los que me golpeaban ..." El que
aceptase su Pasión gracias a la Fuerza de la Palabra no significa que no
sintiera lo que sentimos todos ante el sufrimiento y la vejación. Su amor al
Padre y a la Humanidad le impulsó a sobrellevar todos sus miedos y angustias.
Oigamos lo que
dice ante la proximidad de su Pasión: " Ahora mi alma está turbada y!
¡qué voy a decir! ¡Padre! ¿líbrame de
esta hora?! ¡Pero si he llegado a esta hora para esto...! (Jn 12,27).
Si, Jesús es el
Buen Pastor que dio su vida por sus ovejas, por nosotros.
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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