lunes, 20 de febrero de 2023

Partiendo la Palabra (Is 50,4-6)

 

El oído y la boca 

 

Isaías nos dice en este texto que mañana tras mañana, Dios despierta el oído de sus amigos para que escuchen como discípulos.

 He ahí la razón de ser de la oración de los discípulos de Jesús y también de su crecimiento hasta llegar a ser sus discípulos amados; que Él les abre los oídos del corazón para poder comprender las Escrituras (Lc 24,45).

 Volvemos al texto de Isaías y reparamos en esta profecía acerca del Mesías: aceptará con Amor su Pasión gracias a la Fuerza que recibe del Padre por el hecho de tener su oído abierto a su Palabra: " Yahvé me ha abierto el oído y yo no me resistí ni me hice atrás, ofrecí mis espaldas a los que me golpeaban ..." El que aceptase su Pasión gracias a la Fuerza de la Palabra no significa que no sintiera lo que sentimos todos ante el sufrimiento y la vejación. Su amor al Padre y a la Humanidad le impulsó a sobrellevar todos sus miedos y angustias.

 Oigamos lo que dice ante la proximidad de su Pasión:  " Ahora mi alma está turbada y! ¡qué voy a decir! ¡Padre!  ¿líbrame de esta hora?! ¡Pero si he llegado a esta hora para esto...! (Jn 12,27).

 Si, Jesús es el Buen Pastor que dio su vida por sus ovejas, por nosotros.

 

  

P. Antonio Pavía

comunidadmariamadreapostoles.com

 

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