En el texto anterior vimos a un fiel
israelita, figura de los futuros discípulos de Jesús, que mantuvo su fe a pesar
de la impiedad que le rodeaba.
También hoy los discípulos de Jesús
vivimos en un mundo en el que el mal y su hija, la mentira, campean a sus
anchas.
Oigamos pues lo que nos dice Jesús:
" Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente discípulos míos,
conoceréis la verdad y la verdad os hará libres" (Jn 8,31-32). Nos
acercamos a San Pablo a la luz de estas palabras de Jesús. El Apóstol vive en
su carne el odio del mundo profetizado por Jesús (Jn 15,18...) Creció
como Discípulo de Jesús a base de persecuciones y desprecios incluso de parte
de " falsos hermanos " (2 Co 11,26). Sin embargo el testimonio
que nos legó desde la cárcel donde estaba prisionero es para enmarcar en letras
de oros. Lo leemos: " He combatido el buen combate, he llegado a la meta
en mi carrera, he mantenido la fe " (2 Tm 4,7).
Tal y como había dicho Jesús, Pablo se
mantuvo en la Palabra, en la fe. El que guarda en Evangelio en su corazón,
incluso cuando arrecia el vendaval de la persecución, sabe lo que es estar
sostenido y amado por su Buen Pastor (Jn 10, 27-28).
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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