El Salmo 42 nos presenta a un fiel israelita
desterrado, lejos de Jerusalén. Vemos en él una profecía de las aflicciones
vividas por Israel en su destierro, en Babilonia. Allí lejos de la Ciudad
Santa, fueron objeto de vejaciones y desprecios, no sólo por parte de sus
opresores, sino también de no pocos judíos que ya no quisieron saber nada de
" ese tal Yahvé “.
En su ensañamiento contra los que se mantenían fieles
al Señor, les decían despectivamente: ¿Dónde está vuestro Dios? Es decir: ¿Que
ha hecho por vosotros para que sigáis creyendo-confiando en Él?
Los que cargaban con estas burlas y desprecios, viendo
en sus detractores, la Fuerza avasalladora de las aguas caudalosas, figura
bíblica frecuente en la Biblia que representa el mal abominable, tendrían
presente la confesión de fe de este otro salmista: "... Más potente que la
voz de aguas caudalosas...es el Señor en el cielo " (Sl 92,4) Jesús, dio
fe de ello.
(Lo veremos el miércoles).
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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