Nos hacemos eco de la súplica que este salmista dirigió a Dios: "Anota en tu libro mi vida errante, recoge mi vida en tu odre, mis fatigas en tu libro" (Sl 56,9).
Es una profecía cumplida en Jesucristo y también en sus discípulos. Leamos este pasaje del Evangelio:
"Se acercó un escriba a Jesús y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas. Le dijo Jesús: las zorras tienen madrigueras...el Hijo del hombre no tiene donde reposar su cabeza" (Mt 8,19-20). Así fue; nadie más errante que Jesús. No tuvo un lecho donde reposar su cabeza, ni al nacer ni al morir; sin embargo, en Él se cumple la profecía de este otro salmista: "Solo en Dios descansa mi alma" (Sl 62,2).
La Buena y Gloriosa Noticia es que Jesús, con todo el pueblo elegido en contra, cumplió la misión confiada por su Padre, porque al guardar su Palabra en su corazón (Jn 8,44) aprendió, en cuanto hombre, a descansar en Él. Esta, repito, Buena y Gloriosa Noticia, alcanza también a todos sus discípulos de todos los tiempos. Oigamos a nuestro Buen Pastor: "Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados…y encontraréis descanso para vuestras almas"(Mt 11,28-29).
à Seguimos el miércoles
P. Antonio Pavía
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