Recordemos que Jesús nos dijo que no tenía donde
reposar su cabeza y que su descanso era su Padre. La Buena Noticia es que Jesús
nos enseña a descansar en Él, en su Amor.
Recordemos al Discípulo Amado, todos estamos llamados
a serlo, reposando su cabeza en el pecho de Jesús. (Jn 13,23-25). Este pasaje
es una profecía sublime que se cumple en nosotros en cuanto discípulos de Jesús,
aunque estemos aun en camino. Se cumple porque tenemos nuestro oído acoplado al
Evangelio de Jesús.
Escuchamos a Isaías: "El Señor me ha dado lengua
de discípulo para hacer llegar al cansado una Palabra alentadora...el Señor me
ha abierto el oído" (Is 50,4-5). Profecía que se cumple en Juan a quien vemos
con su oído prendido al pecho de Jesús, es decir abriéndolo a sus
Palabras de Vida.
Veamos que el Cantar de los Cantares anuncia
veladamente está relación de comunión amorosa entre Jesús y sus Discípulos
Amados reflejada en Juan recostado sobre Él en la Última Cena: Dice la esposa (el
alma) "A la sombra de mi amado estoy sentada y su fruto me es dulce al
paladar...su izquierda está bajo mi cabeza y su diestra me abraza" (Ct
2,3-6).
El Discipulado está servido... ¿Quién se apunta?
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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