Jesús aborda hoy el eterno problema que todos tenemos
para convertirnos de corazón. El problema es. Mañana. Mañana, corto con tal
persona que me induce al mal; mañana perdono o pido perdón a aquel a quien
ofendí; mañana me tomo en serio el Evangelio de Jesús, para ser su
Discípulo...etc. Cuando venga el Mesías nos convertiremos de verdad, no solo
con la boca, decían siempre los israelitas cuando la Palabra les invitaba a
convertirse. El Mesías- Jesús, vino y como ya no podían decir mañana, porque
las curaciones que los profetas habían anunciado, como signo de autenticidad
mesiánica eran palpables (Is 35,3-6) y pensaban que el Evangelio "les
estropeaba su vida", echaron mano de la cloaca de su corazón y dijeron:
¡hace estos signos porque está endemoniado!
Fue entonces
cuando Jesús habló del pecado contra el Espíritu Santo. De todas formas y para
ahuyentar miedos que surgen de los escrúpulos, es bueno saber que es tan enorme
el Amor de Dios, que su Hijo en el momento de morir nos abrió la Puerta de la
Misericordia infinita, al decir al Padre: Perdónales, no saben lo que
hacen. La Puerta de la Misericordia sigue y seguirá siempre abierta,
traspasarla o no, solo depende de nosotros.
P Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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