lunes, 12 de mayo de 2025

Partiendo la Palabra Si el grano te trigo no muere (Jn 12,20-32)(XI)

 

 



 Recordemos la Voz del Padre: "Le he glorificado y le glorificare" ...y la puntualización de Jesús:

"Está Voz no ha venido por mí, sino por vosotros".

Jesús está iluminando a sus discípulos, de todos los tiempos, acerca de la cerrazón de Israel ante la Voz de Dios que no deja de insistir en que aparque su terquedad y acoja su Voluntad. Oigamos por ejemplo la exhortación que le hace por medio del salmista: "Si hoy escucháis su voz, no endurezcáis el corazón...como hicieron vuestros padres en el desierto... (Sl 95,8-9).

 Dios hizo maravillas en su pueblo, sacándoles de Egipto, en el desierto, en la conquista de la Tierra Prometida.... etc. El hecho es que con frecuencia también nosotros vamos tras nuestras palabras, en detrimento de las de Dios. El hecho es que dejamos de lado el cuidado de Dios a cambio de los caprichos del corazón. Fijémonos que Jesús hacía milagros: curaba leprosos, ciegos, sordos...etc.

Eran milagros que profetas como por ejemplo Isaías, señalaban la autenticidad del Mesías. Aun así, no creyeron en Jesús. La cuestión es que para creer verdaderamente en Jesús hemos de caminar juntos con Él, como discípulos suyos. Es entonces cuando El hace en ti su Obra Maestra: El Discipulado. Obra que hace con sus propias manos.

Me explico: nosotros somos barro. Jesús con un cariño entrañable toma el barro en sus manos, que son su Evangelio, y poco a poco; Catequesis tras Catequesis va perfilando en nosotros a sus Discípulos Amados". Y atención; nos va moldeando por medio del Evangelio como dice San Pablo (Rm 10,14-17)

 

P. Antonio Pavía 

comunidadmariamadreapostoles.com

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