Supongo que también habréis observado como en los últimos años han prosperado los negocios de las agencias de viaje en el mundo occidental.
Por
suerte o desgracia mi trabajo me obliga a viajar con cierta frecuencia, y es
que a las grandes compañías el mundo se les está quedando pequeño. Tal vez por
esto durante mis vacaciones prefiero ir a mi pueblo o cualquier otro sitio
tranquilo y no moverme demasiado.
Pero
las agencias de viajes también prosperan porque la gente busca descanso y ellos
lo prometen en paraísos lejanos. Y efectivamente la gente necesita profundo
descanso, el problema es que muchas veces cuando llegas al supuesto paraíso que
te vendió la agencia, resulta que añades más problemas a la gran carga mental
que también te has llevado de viaje y al final muchas veces no descansas.
Y
es que el verdadero descanso no está en huir y ni siquiera en el dormir, sino
en detenerse y despertar y dejar los sueños e imaginaciones que siempre
acabaran juzgando algo o a alguien, sueños e imaginaciones sobre ti mismo y
sobre los demás, donde siempre verás que te faltará un ingrediente para ser
feliz, aunque estés en la otra punta del orbe en las mejores condiciones.
Y
es que el hombre realmente vive en su mente y en su corazón, no vive en Madrid,
New York o Zanzíbar, eso son solo sitios donde esperas que te ocurran unas u
otras cosas que ayuden a tu mente y a tu corazón para tú vivir en paz.
Pero
el hombre sigue buscando paraísos donde hallar la paz, como si esta no le
perteneciera por derecho propio esté donde esté y necesite desplazarse para
conseguirla.
En
su búsqueda incansable el hombre se ha ido a la luna a ver que encontraba, pero
parece que lejos de traerse la paz del espacio exterior y de aquel planeta, se
ha traído una loca carrera por conquistar otros planetas y descubrir otras
estrellas y otras galaxias buscando……….explicaciones, paraísos nuevos y su
propio origen .
Y
es que resulta que cuanto más lejos miremos en el espacio exterior, más
profundamente entraremos en el pasado; y la explicación está en la lentitud de la
velocidad de la luz, si se la compara con la casi inimaginable distancia que
debe atravesar.
Es
decir la luz que vemos hoy de una estrella puede ser un impulso emitido hace
años, o incluso puede que la estrella ya no exista.
En
la vida diaria un fenómeno exactamente comparable resulta del tiempo que toma
el sonido, que hace que escuchemos en la distancia un trueno ocurrido segundos
antes, y que así escuchamos tanto más en el pasado cuanto más lejos nos
encontramos de la tormenta.
Así
que el hombre gasta cantidades ingentes de dinero, tiempo y recursos de todo
tipo en fabricar grandes telescopios electrónicos y nucleares para mirar el
pasado del universo esperando descubrir entre otras cosas y finalmente el “Big
Bang” es decir “su origen”, ¿o mejor diríamos a su creador…..“Dios”?. Pero sin
embargo no encontrará un paraíso detrás del telescopio si no ha sido capaz de
vivir en el paraíso que Dios le puso en la tierra, y no verá a Dios mirando a
las estrellas con el telescopio si no ha sido capaz de verlo mirándolas sin
telescopio, no verá a Dios si no sabe mirar en el interior de su alma, y
limpiar su corazón, eso sí, tendrá suficiente información sobre la mecánica del
universo como para dedicar vidas y vidas de estudio.
No
estoy diciendo que la ciencia y la investigación sean inútiles, de hecho creo
que son los científicos y no los políticos los que mejoran la calidad de vida
de las personas, pero también es cierto que el hombre ha hecho grandes
esfuerzos económicos en programas espaciales e investigaciones nucleares y
armamentísticas al margen de toda ética, descuidando otras necesidades de mayor
urgencia para sus hermanos.
Miramos
a las estrellas con telescopios y descuidamos nuestra capacidad de ver con la
mirada interior, con los ojos del alma.
Así
cada vez somos más el número de ignorantes adulterados por el estudio,
convencidos de estar muy preparados, y ni siquiera sabemos qué hacemos aquí.
La
ciencia debe de ir unida a la conciencia y nunca llegaremos a tener verdadero
conocimiento del universo si no nos acordamos de Dios cuando escuchamos el
trueno en la distancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario