sábado, 4 de noviembre de 2023

Partiendo la Palabra Dom. XXXI (Mt 23,1-12) Hágase en mí, tú Palabra

 


Jesús nos habla hoy de los doctores de la ley, encargados de enseñar al pueblo las maravillas de la Palabra de Dios.

 Era gente bien preparada, exponían brillantemente las Escrituras, pero que, en general, en vez de ser siervos de la Palabra, se servían de Ella para medrar: primeros puestos en la sinagoga, en los banquetes...etc.  A Jesús le duele que la "Cátedra de Moisés, de la Palabra"    esté al servicio, no del pueblo, sino al de sus ambiciones y vanidades.

 Jesús también se sentó en una cátedra, desde la que dio valor divino al Evangelio que predicó: La Cátedra de la Cruz. En su oración en el Huerto de los Olivos, a pesar de sus angustias, dijo tres veces al Padre: Padre, no se haga mi voluntad, mi palabra, sino la tuya. (Mt 26, 36...).

 En la Cátedra del Calvario Jesús confirió valor infinito a su Evangelio. Y en esa misma cátedra Jesús, que, en cada gemido, ¡mantuvo su! ¡Hágase en mí tú Palabra! ... ¡Creó el Discipulado! ¡¡La mayor Gloria a la que puede aspirar un ser humano en este mundo...!! ¡¡En la Cátedra del Calvario!! Y es el Divino Catedrático, quien nos da tan preciado título.

 

 P. Antonio Pavia

comunidadmariamadreapostoles.com

 

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