lunes, 13 de enero de 2025

Partiendo la Palabra Buscadores de Dios (III)

 





Tres hombres de una región cercana a Palestina han oído hablar, quizás por los viajantes de comercio, que ha nacido en Israel un niño, que según anunciaban sus profetas, era el Mesías, el Rey de los judíos. Los tres, a quienes conocemos con los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar se ponen en camino para conocerle y homenajearle. Les mueve el hecho de que Israel es la única nación en todo el entorno, que es monoteísta, lo que da a sus creencias, gran credibilidad. Movidos por " este fuego interior” emprenden el viaje, tan penoso como peligroso, a causa de los asaltantes de las caravanas. Llegan a Jerusalén gozosos, pero por poco tiempo.

A Herodes no le gustó nada oír hablar de "un tal Rey de los judíos" y los dirigentes religiosos se pusieron de perfil para no desairar al monarca.  La única información que recibieron nuestros amigos fue, que, según las Escrituras, el Mesías nacería en Belén.

Ante tanta indiferencia por parte de todos, cualquiera se hubiese desanimado; estos tres hombres no. Habían dejado sus casas y seguridades en búsqueda del Hijo de Dios y no iban a volverse sin encontrarle y adorarle. Dios premió sus desvelos; colmó "el hambre de sus almas".

 Caminaron hacia Belén, encontraron a Jesús y le adoraron.

He ahí la respuesta de Dios a quienes le buscan con sincero corazón y con el riesgo de ser objeto de desaires e incluso de burlas. Terminan adorando con el Fuego de sus "almas hambrientas" a quien tiempo atrás empezaron a buscar.

Le buscaron porque no podían aceptar que su vida se redujese sin más a lo que abarcaban con sus sentidos. (Mt 2,1-12).

 

P. Antonio Pavía 

comunidadmariamadreapostoles.com

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