¡Qué
importante es para Dios nuestro ayuno! Siempre he escuchado que te acercas a Él
cuando te conviertes en “ayunador”.
Pero… Me pregunto ¿Qué
es el ayuno? No tengo ni idea. No creo que sea no desayunar, pues yo nunca
desayuno ni mi familia tampoco y no estamos ayunando, es que no nos apetece un
pelo. Sin embargo aquel que se “infla”, a lo mejor si lo deja… ¡Ayuna! No sé,
no sé si es esto.
Para mí es privarte de
lo que te apetece y te cuesta pasar sin ello. Más que ayuno, lo llamaría
sacrificio, renuncia, privación.
Pero no comprendo muy
bien qué ganamos diciendo: “¡Hoy no me tomo el cafelito de rigor mañanero! o ¡No
voy a la “pelu” y me quedo hecha una bruja por un tiempo! porque quiero ayunar”.
En verdad tampoco creo que sea esto.
¡Dios ayúdame porque no
me entiendo!
-
A ver ¡amor de mis amores! Lo que pretendo con el ayuno es darte un regalo para
tu bien y el mundo que te rodea.
El
no desayunar pensando en quien no puede meterse ni un vaso de leche… Sería un
ayuno, no por no tomarlo sino por ser consciente del sufrimiento de tu hermano.
No
comer cuanto deseas o no comer a tope en horas de hacerlo, es lo mismo, siempre
que seas consciente del hecho y en su lugar (en privado), eleves unas oraciones
por el hambre en el mundo.
Si
no vas a la “pelu” y ese dinero lo das a un necesitado, eso aparte de demostrar
tu caridad, es ayunar de algo que para ti es muy necesario… Pero más lo es aquel que vive en la necesidad
y tristeza ¿no crees?
Ayunar
es una limpieza del corazón y prueba de fe. Yo también lo hice en el desierto…
Ya “menterado”, es
decir, que ayunar es sacrificarse ante Ti. Es como meterte dentro de tus
entrañas para ser más fuerte en voluntad y, despojándote de los sentidos estar en
comunión con el Espíritu y carencias del hermano. ¿Es así?
- Bueno sí, parecido…
Pues chicos: ¡AYUNO,
AYUNO, AYUNO! Y Dios lo premiará dándote el don de la fuerza y una sonrisa para
tu alma.
Emma Díez Lobo
No hay comentarios:
Publicar un comentario