martes, 1 de noviembre de 2016

¡Hola muerte!



                                                                                                         
Mira, han pasado 365 días y te volvemos a felicitar. No eres especial, no creas, yo también tengo fecha de nacimiento y lo celebro como tú.

Pero ¿sabes?, no debieron ponerte ese nombre, no te pega nada, le falta color y alegría. Yo, mejor te llamo “Anestesia” que tiene su sentido y además, se parece a Anastasia que es mucho más bonito.

De todas formas, cuando bajó el Hijo de Dios, nos explicó que la palabra “muerte” no es dejar de existir, sino existir pero fatal, “usease”, vivir en la oscuridad y maldad más absoluta. 

Muerte es otra cosa, es desaparecer como cuando se destruye una imagen, un coche o una lavadora… Lo demás vive por siempre, hasta los árboles que seguro les volveremos a ver, pues sin ellos aquí…. ¡Ya me diréis quien iba a respirar!, les debemos nuestros pulmones y a las ovejas la lana. Ningún animal inteligente o no, desaparecerá.

-Una vez, un niño de 4 años se “anestesió” (no anestesia química) y vio un tigre que a él se acercaba como un amigo. Nadie en aquel lugar necesitaba nada de lo que aquí estamos acostumbrados. Todo era diferente, genial y fantástico. Un Hombre con el aspecto de Jesús estaba con él. Para cada uno será diferente y espléndido, a no ser que elija “la muerte”.

Ya sabéis, morir morir (literal), pues como que NO, será vivir vivir, en el terror o en la felicidad, como tú decidas.

Recemos por que todas las almas se salven y, a las de allá, que pronto sean dichosas. Es por lo único que Dios vino a la tierra (“morir” en el horror después de la Anestesia, no mola en absoluto).

La muerte literal no existe, ni existió, ni existirá; así que en lugar de llorar celebremos la Vida que Dios, por Amor, nos regaló con Su “Anestesia”.

¡Feliz día!   


 Emma Díez Lobo

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