Después de haber salvado a los israelitas del peligro de los filisteos al aceptar el reto de Goliat y vencerle, se vio en la necesidad de huir de Jerusalén porque Saúl, rey de Israel gracias a él, quería matarle. En su soledad y desolación conoce íntimamente a Dios que le inspira Palabras de Vida como por ejemplo estas del Salmo 63: "Mi alma se aprieta contra ti". David preanuncia, por los salmos que Dios le inspiró la Sublime Mística que encierra la Palabra de Dios. Palabras de Vida como estas que se cumplen en Jesús en su Oración en el Huerto de los Olivos. Su aflicción llega a tal extremo que dice: "Mi alma está triste hasta morir..." (Mt 26,38)
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