Bellísimo este anuncio de Isaías sobre Jesús, El Buen
Pastor. Partiendo de la figura tan común de los pastores que conducen y cuidan
a sus ovejas, Isaías proclama que el Mesías reunirá a sus ovejas con su brazo,
es decir, con su Fuerza que aplasta al mal. Dice también que recogerá a los corderos
recién nacidos sobre su pecho dándoles su protección.
Nos trasladamos a la Última Cena. Durante tres años,
sus discípulos, que acogieron gozosos su llamada, chocaron mil y una vez contra
su impotencia para amarle de verdad, a causa de sus taras por el pecado
original. Taras como soberbias, envidias ínfulas de grandeza por quién era el
mayor...etc. No nos asustemos; todos compartimos las mismas taras. Jesús no
sólo no se cansó de ellos, sino que incluso les dijo: "Vosotros sois los
que habéis perseverado conmigo en mis pruebas... " (Lc 22,28).
Jesús valoró el
hecho de que a pesar de que muchos en Israel le llamaron loco, blasfemo, endemoniado...etc.,
ellos siguieron a su lado. Tengamos en cuenta de que los insultos que le hacían
a Él, les salpicaban a ellos en cuanto discípulos suyos. Por eso les dijo:
Habéis perseverado conmigo. Y.…en cuanto a sus taras, bien sabía Jesús que al
morir por ellos como su Buen Pastor (Jn 10,11), se abrazarían a Él y a su Evangelio
a lo largo de sus vidas...con el consiguiente cambio de sus corazones.
Seguimos el miércoles.
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario