sábado, 27 de mayo de 2023

Partiendo la Palabra Pentecostés (Jn 20,19-23) El Espíritu Santo en mí.

 


Hablamos del Espíritu Santo partiendo de lo que dijo Adán de Eva al verla por primera vez: "Esta sí que es carne de mi carne y hueso de mis huesos " (Gen 2,23 ). Juan nos dice que "a todos los que recibieron la Palabra, esta, les dio poder para ser hijos de Dios " (Jn 1,12); y podría haber añadido:  llegamos a ser hijos de Dios por obra y gracia del Espíritu Santo Vivo en la Palabra.

 En la Espiritualidad bíblica, recibir significa hacer tuyo lo que se te ofrece. Vemos que hay una concordancia entre recibir la Palabra y recibir el Espíritu Santo por parte de Jesús. Un discípulo de Jesús, recibe, hace suyo, como alma de su alma el Espíritu Santo ofrecido por El al vencer a la muerte. Recibe entonces, como algo suyo, el Fuego de Dios, su Sabiduría para partir la Palabra, el Amor que trasciende nuestra la debilidad…etc.

 Al recibir-acoger estas semillas divinas, tu alma crece sin cesar a los ojos de Dios tu Padre que un día te dirá lo mismo que dijo a su Hijo en el río Jordán: "Eres mi hijo amado, en ti me complazco" (Mt 3,17) ...  y recordando a Adán y Eva, te dirá: ¡Eres alma de mi Alma; espíritu de mi Espíritu!

 Así pues cuando alguien te diga ¡No sirves para nada! ríete para tus adentros...más aún: ¡ríete al unísono con Dios tu Padre! 

 

 

P. Antonio Pavía

comunidadmariamadreapostoles.com

 

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