Dicen los biblistas que Juan fusionó en el Capítulo 6 de su Evangelio la Plenitud de Vida que Jesús ofrece a sus discípulos: la Palabra y la Eucaristía. Ambas son la Roca en la que se cimienta la Fe, así como el Amor de Dios en su plenitud. Una Fe y Amor que mueven al alma a pedir a gritos el complemento total de la Palabra, que es la Eucaristía. De hecho, en general, los hermanos separados, que tanto culto dan a la Palabra al prescindir de la Eucaristía, la empobrecen enormemente, llegando casi a reducirla a un código de conducta. Ignorando la Vida que tiene en si la Palabra de Dios como nos dice Juan en su Evangelio: "En el principio existía la Palabra, la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios...en ella estaba la Vida..." (Jn 1,1-4)
P. Antonio Pavía
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