Dejamos a María de Betania con su cuerpo y los oídos de su alma, inclinados
ante las palabras de Jesús. No las escuchaba para aprendérselas de memoria, que
también, sino para que Jesús las escribiese en su corazón (Jer 31,33). Bien
sabía, que solo así, llegaría a ser totalmente suya. Con el Evangelio en sus
entrañas podría resplandecer como Luz de Dios al servicio del mundo (Mt 5,14).
Ya podemos, entonces vislumbrar su relación con Jesús y comprender mejor
nuestra misión como discípulos suyos, a la luz de su anuncio liberador: "Yo
soy luz del mundo, el que me sigue, no caminará en tinieblas" (Jn 8,12).
Jesús es... El Resplandor de la Gloria del Padre entre nosotros, y todo
aquel que le busca con corazón sincero, es alcanzado por su Glorioso Resplandor.
María de Betania inclinada ante Jesús que le daba Palabras de Vida Eterna (Jn
5,68) fue revestida de la Gloria de Dios. ¿Como iba su hermana pensar que podía
dejar de lado el "Tabor donde estaba toda ella ...? ¡Atentos...! ¡El Tabor
que vivió María de Betania está a nuestro alcance! Jesús así lo ha dispuesto
gracias al Evangelio y a la Eucaristía ¡Son nuestro Tabor!
Ambos Evangelio y Eucaristía se complementan..." Se alían” para que
los amigos de Dios- lo son los que le buscan incluso, a veces como Abraham,
contra toda esperanza - (Rm 4,18) sean también arropados por el Divino
Resplandor. Así divinizados, cruzan gloriosos el abismo de la muerte.
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario