Escuchar la Palabra en la Espiritualidad bíblica implica la actitud y el
deseo de obedecer a Dios.
Los primeros cristianos no escuchaban la Palabra solo para aprenderla, sino
sobre todo para llegar a ser hijos de Dios (Jn 1,11-12). Jesús no da a
María de Betania que está a sus pies escuchándole, unas recomendaciones o un
código de conducta; le está dando "Palabras de Vida Eterna". Esta
mujer al escuchar a Jesús, con los oídos del corazón, anticipa, y esto vale
para todos los que escuchan la Palabra como ella, la contemplación de la Gloria
de Dios, su estancia a en el Cielo.
En su conversación-catequesis con Nicodemo, Jesús le dice, que nadie ha
subido al Cielo, sino el que bajó del Cielo. (Jn 3,1...) Está hablando de sí
mismo pues "Está en el Padre y el Padre está en Él” (Jn 14,11) Jesús que
viene del Padre, vuelve al Padre en su Ascensión.
Volviendo a María de Betania, vemos desbordantes de alegría, que Jesús está
diciéndonos que la oración contemplativa está al alcance de todos. No es un
discurrir sobre etapas, moradas, conquistas...etc. ¡¡No!! María de Betania
alcanzó con su amorosa e incondicional escucha, lo que Pablo llamó: "El
Evangelio de la Gracia" (Hch 20,24). Por su forma de escuchar, Jesús creó
en su alma la Gracia insondable de... ¡La Oración Contemplativa! .
Seguimos el jueves ..
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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