martes, 24 de enero de 2017

Cuando



Cuando falta el amor en casa, aun el pan que comemos no tiene sabor, no llena.

Con algo menos de pan y con un poco más de amor en casa, ya es fiesta.

Cuando alguien te pida una sonrisa, no le des un billete.

Pero cuando te pida un billete, regálaselo envuelto en una sonrisa.

Cuando no tengas nada que dar, no busques en los bolsillos.

Aun los bolsillos llenos, cuando no hay amor, parecen vacíos.

Entonces mete la mano en el corazón y saca de él lo que tengas.

Cuando alguien te pida algo y en tu corazón no haya nada que ofrecerle, pídele a él que te ame y tu corazón volverá a sentir calor.

Cuando los demás te causen fastidio, piensa que sin ellos no serías nada.

No podrías hablar.

No podrías amar.

Vale la pena aguantarlos por lo mucho que recibimos de ellos.

Cuando te sientas solo, no te lamentes ni busques quien te haga compañía.

Piensa en otro que estará más solo que tú y vete a visitarlo.

Cuando no tengas nada que decir, calla.

Entonces podrás escuchar mejor la voz de tus hermanos 
y tú mismo silencio les dirá más que tus palabras.

Y Dios se hizo Palabra de vida.

Hay palabras que no dicen nada.

Hay palabras que hieren.

Hay palabras que matan.

Hay palabras que reviven el corazón.

Hay palabras que apagan las esperanzas.

Hay palabras que despiertan las esperanzas dormidas.

¿Y las tuyas… qué hacen?


J. Jáuregui

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