domingo, 8 de julio de 2018

A paso de tortuga



                                                                                             
 Así es la Fe, palabra sobrenatural y profunda que se instala en el alma con  lentitud y verdad. El que piense lo contrario, o no sabe lo que dice o ha sido beneficiado con un milagro.  

No, no es fácil, ni siquiera lo fue para Tomás (somos Tomases) que aún viendo, tuvo que poner el dedo en la llaga… Y a nosotros se nos pide, sin verlo ni vivirlo, la FE de los otros 10 apóstoles. Genial pero incomprensible. Ni Pablo de Tarso, digno de milagro, es uno de nosotros… 

Pero no nos comparemos ¡Tenemos más suerte que ellos!!! Dios dijo: “Benditos los que creen sin ver”. 

Y ahí que vamos a paso de tortuga trabajando la Fe bendecida, la buena, la que sin milagros espectaculares, nos hace vivir más cerca de Dios.
       
Cuando hay FE, no se piden “prodigios”, sino paz y aceptación -los Santos nunca pidieron milagros, la FE se los daba-. Los milagros son un arma de Dios para: Vidas en santidad, almas para la Evangelización, no creyentes (que se convierten) para un fin… Así pues, no esperes el milagro para tener FE y mucho menos Le RETES.  

Me aterra ver cómo sin vivir la Palabra, osadamente, se piden milagros. ¿Es que somos dignos de ser tratados como Santos? Más nos valdría agradecer su paciencia…  
   
Dios nos dice: “Venid a Mí todos los…” (Bienaventuranzas). No te dice: ¡Espera un segundo, que voy! Por tanto, no esperes “mover montañas” (Mt. 17:20) si no vives su Evangelio.

¿Lo vives? Pues comienza por enterarte y verás que no es lo que tú piensas ¡Nada que ver!!!   
         
Emma Díez Lobo



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