Cerramos el ciclo preguntando a la multitud de Discípulos de Jesús
dispersos por el mundo: ¿Dónde está vuestro Dios, que ha hecho por vosotros?
Nos responderían que viven en un mundo que les desprecia (Jn 17,14 )
sostenidos por la Fuerza de Dios de la que Pablo nos habló: "Llevamos este
tesoro- El Discipulado- en vasos de barro para que se vea que una Fuerza
tan extraordinaria, viene de Dios, no de nosotros...llevamos en nuestros
cuerpos el morir de Jesús a fin de que la vida de Jesús resplandezca en nuestro
cuerpo (2 Co 4,7-12 ).
Los Discípulos de Jesús, no somos
héroes ni altruistas gigantes, dotados de una prodigiosa generosidad. Somos
hombres y mujeres que no nos consideramos mejores que los demás en nuestra
forma de servir y actuar y amar. Anunciamos con nuestra vida a Jesús como Aquel
que moldea nuestro Discipulado. Somos lo que somos, gracias a la Fuerza de la
que nos reviste Jesús, que nos eligió para ser suyos. Dice Pablo: "Por la
gracia de Dios, soy lo que soy, y su gracia no ha sido estéril en mi (1 Co
15,10)
O sea que, si preguntamos a la
multitud de los Discípulos anónimos diseminados por el mundo: ¿Dónde está
vuestro Dios? Nos darían la misma respuesta que Pablo: ¡Está dentro de mí! Así
fue como nos lo dijo: "Ya no soy yo quien vive, es Jesús quien vive
en mi " (Gal 2,20) .
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario