lunes, 16 de junio de 2025

Partiendo la Palabra En ti me refugio Señor (VII)

 



 

Oímos a un salmista lamentarse porque su vida no vale nada a los ojos de los que le odian. Herido y afligido pide a Dios que abra sus oídos a su clamor, porque su alma está colmada de humillaciones. Su vida se tambalea hacia el abismo, y desdichadamente, cree que es ya una persona acabada. (Sl 88,1-5...) Sabemos que el mal existe, es más, nosotros tenemos conciencia del mal que hemos hecho: violencias, ofensas, murmuraciones, rencores, calumnias...etc. Es un mal que nos recuerda lo que dice Jesús: " Que él príncipe de este mundo -que nos induce-, es homicida" (Jn 8,44).

 Satanás, príncipe del mal y de la mentira, seduce y arrastra a sus "siervos", para que arremetan, movidos por envidias, contra los discípulos de Jesús. Y … ¿Qué podemos hacer, cuando nuestra alma sufre desgarradoramente a causa de este odio enfermizo?

 La respuesta es solo una: JESUS. Si, … El, siempre que creamos en su Evangelio, en el que encontramos promesas como esta, por ejemplo: " Venid a mí los que estáis cansados y abatidos…y encontrareis descanso para vuestras almas.

 

P. Antonio Pavía 

comunidadmariamadreapostoles.com

 

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