El autor del Salmo 79, inspirado por Dios, expresa la decadencia de Israel,
pero también, su Misericordia y Compasión con estos hombres, que sin su
Sabiduría ni siquiera pueden distinguir la mano derecha de la izquierda.
Conscientes de ello, suplican la ayuda a Dios a quien habían dejado de lado:
"Ayúdanos, Dios de nuestra
salvación, por amor de la gloria de tu Nombre, líbranos, borra nuestros
pecados, por él honor de tu Nombre.
¿Por qué han de decir las naciones donde está su Dios...? (Sl 79, 9-10).
Ahora entendemos las palabras de Jesús:
¡Glorifica tu Nombre! La respuesta del Padre a Jesús, es meridianamente
clara: "Lo he glorificado y lo volveré a glorificar".
P. Antonio Pavía
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