miércoles, 6 de agosto de 2025

El Evangelio y sus frutos (X) (Jn 12,20-32)

 


  ¡Glorifica tu Nombre! dijo Jesús al Padre, apartando así la angustia que sentía ante la proximidad de su Pasión. Este grito nos lleva a las múltiples desviaciones de Israel en su relación con Dios. Fue tal su idolatría que Dios les dejó a merced de su insensatez para que supiesen que sin Él no podrían levantar cabeza.

El autor del Salmo 79, inspirado por Dios, expresa la decadencia de Israel, pero también, su Misericordia y Compasión con estos hombres, que sin su Sabiduría ni siquiera pueden distinguir la mano derecha de la izquierda. Conscientes de ello, suplican la ayuda a Dios a quien habían dejado de lado:

 "Ayúdanos, Dios de nuestra salvación, por amor de la gloria de tu Nombre, líbranos, borra nuestros pecados, por él honor de tu Nombre.

¿Por qué han de decir las naciones donde está su Dios...?  (Sl 79, 9-10).

 Ahora entendemos las palabras de Jesús:

¡Glorifica tu Nombre! La respuesta del Padre a Jesús, es meridianamente clara: "Lo he glorificado y lo volveré a glorificar".

 

P. Antonio Pavía 

comunidadmariamadreapostoles.com

 

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