"Cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mi " (Jn
12,32).
Así fue; levantado en lo alto de
toda ignominia, Jesús nos hizo entrever su Gloria Eterna al perdonarnos a
todos. El Amor divino de Jesús por toda la Humanidad, se lo confió como el Gran
Tesoro, a María Magdalena al darla este encargo glorioso en su
resurrección: "Vete donde mis hermanos y diles: Subo a mí Padre y a
vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios" ( Jn 20,17).
Veamos como canta San Pablo la
victoria de Jesús sobre la muerte: “Jesús, siendo de condición divina...se
humilló a si mismo obedeciendo hasta la muerte y muerte de Cruz...por eso Dios
le exaltó y le dio el Nombre sobre todo Nombre...para que toda lengua confiese
que Jesús es SEÑOR... (Fil 2,7-11).
Nombre que "heredamos" sus
Discípulos como Corona de Victoria en nuestra frente (Ap 22,4).
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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