Para comprender la excelsa
iluminación del Salmista, hemos de tener en cuenta que, en la Sagrada
Escritura, los términos Gracia y Palabra comparten significado, son sinónimos.
Vemos por ejemplo como el autor del
Salmo 143 nos presenta a un fiel israelita que abrumado por el peso de sus
culpas y también por el desprecio que sufre por parte de los que le odian,
eleva su alma a Dios y le súplica amorosamente: " En la mañana hazme
escuchar tu gracia".
Vemos pues la riqueza divina y también identidad existente entre Palabra y Gracia.
Tengamos en cuenta además que San Pablo llama a "las Palabras de
Jesús" El Evangelio de la Gracia de Dios (Hch 20,22-24).
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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