“Lo
que no se puede conocer de Dios, está a la vista” (San Pablo).
La Parroquia de la Santa
Cruz en Madrid, sede de las Hermandades de Real Congregación de Esclavos de Nuestra
Señora de los Siete Dolores, Santísimo Cristo de la Agonía y Descendimiento de
la Santa Cruz y de la Santa Cruz del Voto de Canjáyar, en Madrid, nuestro
centro de espiritualidad, acogió, en el
día de ayer, sábado 26 Septiembre de 2015, a peregrinos de Tarrasa, Canjáyar,
Almería y Madrid, uniéndose en comunión fraterna para celebrar conjuntamente, el
décimo quinto aniversario de las Hermandades filiales de Tarrasa y Madrid, el 334 aniversario de la Hermandad matriz de la Santa Cruz del voto de Canjáyar y el 75 aniversario de la reposición de la imagen de María Santísima de los Sietes
Dolores.
Encuentro histórico y signo de nuestro tiempo con huellas de futuro que sostiene y alienta
la presencia de Dios, que se inició
con un acto Sacramental, seguido de una
comida de hermandad, una muy solemne
celebración litúrgica y un camino donde mirar con los ojos del corazón y vibrar de fe y devoción al paso de la Santa
Cruz del Voto de Canjáyar y la Virgen de
los Siete Dolores recorriendo algunas calles del Madrid histórico.
Así vivimos ayer y celebramos esos, tan
cacareados, cambios sociales con esperanza, aspiraciones y siendo signos
verdaderos de la presencia en el mundo de la Cruz y de la Santísima Virgen,
según los planes de Dios.
Para celebrar esta
efeméride, fuimos acompañados por el Excmo. y Reverendísimo don Josep Ángel
Saiz Meneses, Obispo de Tarrasa, y don Manuel su secretario, que presidió todos
los actos litúrgicos y de convivencia. Igualmente por los Párrocos de los Templos de la Santa Cruz y San Sebastián de
Madrid y el de Canjáyar.
Numerosas Hermandades y Cofradías representadas por su Directiva, Hermanos
Mayores y Hermanos cofrades de Madrid, Tarrasa y Canjáyar, esta última localidad
acompañada por su Alcalde y Director del
Instituto de Estudios almerienses y por el Ilustrísimo don Emilio Esteban
Hanza, Hijo predilecto y Cronista Oficial de Canjáyar. Los acordes musicales
fueron interpretados por la Banda
Agapito Verdeguer.
Estas son las huellas que
marcan nuestro futuro. Invocación,
oración, evangelización, alabanza y anhelo de los que hemos experimentado la divina cercanía
protectora cantando en acción de gracias la identidad religiosa de un pueblo y
sus profundas esperanzas, el gozo de la solidaridad y del bien que congrega
para contar a las futuras generaciones lo que Dios hizo y hará en su favor para
crear un mundo más humano en hermandad.
Miguel Iborra Viciana
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