jueves, 19 de noviembre de 2015

El no escuchar



Una tercera parte del mundo no quiere oír hablar de Dios, y es que el maligno ha impregnado sus vidas de sordera: Ante-sala del ateísmo… Lo peor es no darse cuenta de las maniobras del mal; insistirá millones de veces hasta el último día.

“Ese tenebroso lugar” donde el mal nos quiere llevar -dicho por Jesús-, está repleto de almas sumidas por siempre en el sufrimiento ¡A buenas horas odiar el mal! Miles y miles suplicando y gritando en las tinieblas por la ausencia de amor: Dios.

No lo creáis y lo sufriréis con todos los sentidos. No es un invento de la Iglesia, no es una falacia, sino una tremenda realidad, más real que la vida en que vivimos. Ésta vida es como un sueño comparado con la VIDA.

VIDA en las moradas de Dios, o “MUERTE” con vida, en las cloacas del infierno. Felicidad o tormento.

¿Por qué creéis que hay tantas oraciones, misas, comuniones, confesiones, milagros y avisos?, ¿Por qué Dios en la tierra?

¡Que Dios ilumine vuestra razón! Comprendáis la perfección del mundo, la Pasión de Cristo y su justicia implacable, pues de Dios son las leyes del universo y el Amor; del maligno, el mal a tus semejantes y a ti mismo.

Dios hizo hombres libres como a su Hijo, y llegaron merecidamente, el premio y el castigo (hay pecados mortales; hay un purgatorio casi eterno). ¡Confiesa!, y te perdonará todo; lo está deseando para reducir tu “limpieza en la lavadora” (los resquicios) y darte el ¡No va más!, sus moradas.  



No te destruyas, ni destruyas a nadie con tu negación, recapacita.   

Emma Díez Lobo      

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