Al levantarse la
aurora
con la luz
pascual de Cristo,
la Iglesia
madrugadora
te pregunta:
"¿A quién has visto?"
"¿Por qué
lloras en el huerto?
¿A quién
buscas?" "A mi amado.
Buscando al que
estaba muerto,
lo encontré
resucitado.
Me quedé sola buscando,
alas me daba el
amor,
y, cuando estaba
llorando,
vino a mi
encuentro el Señor.
Vi a Jesús
resucitado,
creí que era el
jardinero;
por mi nombre me
ha llamado,
lo reconocí
primero.
El me libró del
demonio,
yo le seguí
hasta la cruz,
y di el primer
testimonio
de la Pascua de
Jesús".
Haznos, santa
Magdalena,
audaces en el
amor,
irradiar la luz
serena
de la Pascua del
Señor.
Gloria al Padre
omnipotente,
gloria al Hijo
redentor,
gloria al
Espíritu Santo:
tres personas,
sólo un Dios.
Amén.
Bernardo
Velado Graña
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