El
otro día me preguntaba cómo se llamaría mi ángel de la Guarda y algo me
respondió: Pues no, no tienes un ángel propio que te cuida todo el día…
-Ah
¿no?
-No,
ni naces con él, ni está 24 horas a tu lado como el mundo cree.
-¡Vaya
por Dios!!! Pero…
-Ya,
lo sé. Dios creó ángeles guardianes, cierto, y yo soy uno de ellos, pero de ahí
a que tengáis uno pegado todo el día, pues como que no. ¿Recuerdas cuando Jesús
estaba solo en Getsemaní?, estaba SOLO sin ángel, pero su Padre envió a uno de
nosotros para que Le consolara y soportara aquél cáliz. Dios nos envía…
-Ósea,
que no estáis en permanencia como “los
cascos azules” ¿no?
-Pues
no hija, estamos cuando Él lo cree conveniente y de hecho nos ha enviado
muchísimas veces, siempre por alguna
razón misteriosa que ni yo conozco.
-¡Qué
contrariedad! Yo que pensaba que dormía conmigo…
-¡Qué
más te dará si Dios nos envía cuando quiere! y sin sus mandatos, no podemos
hacer nada, de hecho lo habrás visto miles de veces en niños, por ejemplo,
atropellados. Cuando bajamos del cielo, contravenimos la evidencia y la lógica.
-
¡Pufffff! estoy un poco…
-¿Por qué, si tienes a Dios
preparándote permanentemente para lo que suceda? Si quisiera hacer un milagro y
enviarnos, lo haría.
¿Sabes
dónde estamos siempre con vosotros? En la Eucaristía, pero solamente con
aquellos que Comulgan perdonados en confesión por su real arrepentimiento. Hay
personas que no llevan ángel… ¡Sabrás el motivo!
-
Sí, adiós ángel. Ahora entiendo.
Emma Díez Lobo
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