“Dejad que los muertos entierren a sus muertos y seguidme”. A ver, que esta frase tiene miga. Dios no dice que dejemos los muertos a la intemperie, dice que los asuntos de la tierra que no vayan acompañados de su Palabra, los abandonemos.
SeguirLe para no morir... Es la frase a
tatuar en el corazón; en la piel se tatúan los anclados a sus “muertos”. ¡Pobre
gente!, por no perderse “nada” que ofrece la libertad sin discernimiento, lo
que van a perder es la Vida con tanto anclaje.
Lo más gracioso es
decir que nos hemos inventado al Hijo de Dios porque somos casualidad del
universo -también casual, supongo-, y... ¡Wow que suerte!, pasé de ser viento
estelar a un ser perfectísimo que distingue
el bien y el mal.
Pero vamos a ver “estelares”
¿Es que Jesús no existió y habló de su
Reino y del infierno?... Noooooo, era otro viento pero más inteligente ¡Claro!,
y por eso Le mataron, Resucitó y estamos en el 2022... Cuando no interesa... Mejor
venir en meteoritos o ser creación extraterrestre -lo del año “peccata minuta”-... ¡Ah!, pero y ¿estos “ETs”?, pues lo
mismo, viento estelar avanzado... ¡Vaya con los vientos, hacen de todo!
Cuántos “muertos” enterrándose unos a otros... Miremos
hacia delante, sigamos la Buena Nueva y no hagamos elucubraciones sobre la
existencia. La Sabiduría se fomenta con La Palabra para no dar paso a “quien” desea desviarnos con toda intención
¡Tiene nombre!
Otra frase sería: “Dejad
que los Vivos den luz a los vivos y nunca morirán”.
Emma
Díez Lobo
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