miércoles, 14 de junio de 2023

Partiendo la Palabra Jesús, nuestra victoria [II] (2 Co 4,8-12)

 


Vimos a María y a Juan cargando, en comunión con Jesús, con la Mentira y el Mal del mundo. María y Juan estaban malheridos por tanto sufrimiento, pero no vencidos. Nos centramos en ella, en quien se cumple la profecía de este salmista que presenta a un israelita que atacado y humillado por los burlones y envidiosos de turno súplica así a Dios: "Di a mi alma”: ¡Yo soy tu Victoria! (Sl 35,3b).

 María está al pie de Jesús crucificado, traspasada por el dolor, pero no vencida. Nos la imaginamos clamando en su interior a Dios: ¡Di a mi alma! ¡Yo soy tu victoria!

 He ahí la Gloria de la Iglesia, la nuestra como discípulos de Jesús. Pablo tenía conciencia muy clara de esta victoria. Sabe que los discípulos de Jesús somos el blanco del mal del mundo y que lo cargamos no como bestias ni en cuanto infelices, sino victoriosos. Pablo tantas veces golpeado, humillado, despreciado...etc. por causa de Jesús y su Evangelio nos legó este incomparable testimonio de su victoria; que lo es también de todo discípulo de Jesús:

"Atribulados en todo más no aplastados, perseguidos, pero no abandonados, desvalidos, pero no aniquilados... somos entregados a la muerte a causa de Jesús para que la vida de Jesús se manifieste en vosotros... (2 Co 4,8-12).

  Si, los discípulos de Jesús vencemos gracias a Él y mostramos a todos que también pueden, gracias a Jesús, ser vencedores del mal que a todos acosa.

  

P. Antonio Pavía

Comunidadmariamadreapostoles.com

 

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