miércoles, 21 de junio de 2023

Partiendo la Palabra Para ti son mis frutos, Señor [II] (Ct 7,14)

 

Vimos que los discípulos de Jesús alargan sus raíces hacia Dios (Jr 17,7-8) Manantial de Aguas Vivas

(Jr,2,13) y que, a su tiempo, dan los frutos del Discipulado.  Esto no es una tesis doctrinal; lo sabemos por los Apóstoles. En la noche de su Pasión Jesús que ya sabía que le iban a dejar solo (Jn 16,32) les dice que ya habían dado sus primeros frutos al permanecer con Él a pesar de que la gente le llamaba loco, endemoniado, blasfemo...etc. (Lc 22,28). 

 A estas alturas, Jesús no puede estar más orgulloso de ellos, En su " fidelidad” llegaron hasta donde podían llegar, hasta la línea roja que les impedía dar su vida por El. Jesús rompe está línea roja al dar su Vida por ellos. Sólo así teniendo la Vida divina en sus entrañas podrán dar y dieron su vida por Jesús y su Evangelio (Mc 8,35). 

 Recibieron y recibimos esta Vida en la persona de Pedro cuando Resucitado le dijo:

¡Apacienta mis ovejas!  Pedro y todos los Discípulos de Jesús ya podemos ser -por Gracia suya- " los buenos pastores que damos la vida por sus ovejas (Jn 10,11) apacentándolas con sus palabras que son " Vida y Espíritu " (Jn 6,63) y también siendo testigos y reflectores de su Luz ( Mt 5,14 ).

  Entonces nuestra alma ya le puede susurrar confiadamente: "Para ti son mis frutos, Señor” (Ct 7,14) .

 

 P. Antonio Pavía

comunidadmariamadreapóstoles.com

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