Oímos a Jesús: " Yo soy la luz del mundo, el que me sigue, no camina en tinieblas" (Jn 8,12).
Podemos decir que esta es la respuesta del Hijo de Dios a quienes entre mil dudas e incluso decepciones ante escándalos, persisten en buscarle. La proclamación de Jesús: " Yo soy la Luz del mundo " es la plenitud de la intuición que tuvo este salmista que le llevó a proclamar que " Dios resplandece en Jerusalén " (Sl 50,2) alusión clarísima a su Templo Santo.
Resplandor que anuncia inequívocamente su Presencia radiante en la Encarnación de su Hijo, Palabra que ilumina a todo hombre que viene a este mundo (Jn 1,9) La profecía del Salmista tendría que sobrecogernos pues al proclamar, movido por el Espíritu Santo, el resplandor del Templo de Jerusalén, estaba profetizando el resplandor de Dios en aquellos discípulos de Jesús, que por guardar su Palabra en sus entrañas, se convierten en sus Templos Vivos que iluminan el mundo. (Jn 14,23).
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario