Jesús y nuestras tempestades.
Hoy vemos a los Apóstoles a merced de la furia de una
tormenta. Todo parece perdido, cuando de pronto, desde el seno del caos, se
eleva la Voz: ¡Ánimo no temáis: ¡Soy Yo! La primera reacción de los Apóstoles
es de perplejidad, incluso de miedo ancestral. En esta situación tan confusa,
emerge la Fe en la figura de Pedro que grita: ¡Señor, si eres tú, mándame ir a
ti sobre las aguas! La Voz le dice: ¡Ven! El resto ya lo sabemos.
Así es como los
discípulos de Jesús, somos Luz del mundo.
P. Antonio Pavía
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