Muchos son los pasajes de la Escritura en los que vemos a Dios como Padre que protege de forma muy especial a quienes a causa de su fidelidad son despreciados y perseguidos por los hijos del mundo, a quienes Jesús llama: "hijos del padre de la mentira" (Jn. 8, 44 ).
El Salmo 91 nos presenta la relación entrañable entre Dios Padre y un fiel israelita, imagen profética de Jesús, que se acoge a su protección, se refugia en El, ante el acoso despiadado que sufre a causa de su fe. Este hombre renuncia a defenderse pues prefiere que sea Dios quien se haga cargo de su situación. Oigamos lo que el Salmista dice de él: "Verás la paga de los malvados porque hiciste del Señor tu refugio y tu defensa…" (Sl 91,8-9).
Termina el Salmo con este testimonio de inapreciable valor acerca de este hombre, imagen de Jesús y también de cada uno de sus discípulos: " Se puso junto a mí, le protegeré, me llamará y le responderé...me pondré junto a él le libraré y le glorificaré." He ahí el Santo Secreto: Este hombre en sus desdichas se puso junto a Dios, por eso Dios se puso junto a él. He ahí la fe que agrada a Dios.
P. Antonio Pavía
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