Vimos que el Salmista había encontrado la respuesta
ante la perspectiva de que su vida se deshiciera en la nada. La respuesta fue
Dios; de ahí su grito alborozado: ¡Tú eres mi Esperanza!
Se impone la gran pregunta: ¿Cómo podremos encontrar a Dios, a este Dios tan cercano que quiere y busca intimar contigo? Tenemos la respuesta en este pasaje del Evangelio: "Jesús entró en casa de Marta. Su hermana María sentada a los pies de Jesús escuchaba su Palabra..."(Lc 10,38...).
Habría mil cosas que hacer en la casa, pero esta mujer, llena de Sabiduría dio prioridad a escuchar a Jesús a sus pies; es decir, no estaba "aprendiendo" la Palabra sino escuchándola con tal pasión, que está se prendía en su corazón, en sus entrañas, para que diese su fruto. Esto es lo que significa "que escuchaba a los pies de Jesús ", es decir, ¡con la intención de obedecerle!
Su hermana Marta protestó porque no la ayudaba. Jesús cariñosamente le dijo “Marta, Marta, te afanas por muchas cosas, tu hermana se afana por escucharme: ¡Ella escogió la mejor parte! Y.… ¿las cosas de la casa? ... podían esperar..., lo primero es lo primero: Dios y tu alma.
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles com
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