Hemos dicho que es nuestra disposición interior lo que hace que nuestra alma sintonice con la Palabra que escuchamos. Es una disposición que hace brotar de nuestra alma, la oración que agrada a Dios. Oración que no es un trámite piadoso sino un Encuentro Festivo con Dios. Tenemos un ejemplo bellísimo en la Escritura acerca de esta disposición interior para encontrar a Dios. Al llegar Pablo y Timoteo a Filipos, fueron primero a orar a orillas del río y encontraron allí unas mujeres. Pablo y Timoteo aprovecharon la ocasión para predicarlas el Evangelio. El cronista hace está puntualización: "Una de ellas llamada Lidia, que adoraba a Dios, nos escuchaba..." (Hch 16, 14...) Fruto de su escucha pidió el Bautismo. Lidia los escuchaba... ¿Y las demás? Pues estarían en el grupo por curiosidad, o por distraerse... etc.
P. Antonio
Pavía
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