Hoy Jesús hace un milagro: da de comer, multiplicando
unos panes, a miles de personas que hambrientos de sus Palabras de
Vida Eterna llevaban horas y horas escuchándole. Nos preguntamos si este
milagro de Jesús es solo una obra de misericordia - Dar de comer al hambriento-
o nos da a entender que Él es quien sacia el Hambre del Alma que no está
habitada por la Verdad, por Dios.
El milagro de Jesús, sin desdeñar la obra de
misericordia, apunta al hambre del alma que es como un cáncer para nuestra
Trascendencia. Desde la óptica de esta profecía del libro de los Proverbios
intuimos que Jesús apunta al daño que nos hacemos cuando vivimos de perfil a
esta nuestra Trascendencia.
Abordamos la profecía: "Anuncia la Sabiduría...
Venid a mí los necios y escasos de discernimiento y comed de mi pan...dejad la
insensatez y seguid el camino de la Sabiduría(Prov 9, 1-6). Los fariseos conocían bien esta
y otras profecías parecidas; pero cuando la Sabiduría de Dios vino al mundo la
despreciaron.
Se lo oímos a Jesús: "Estudiáis las Escrituras
buscando en ellas palabras de Vida Eterna y no queréis venir a mi para tener
Vida (Jn 5,39-40). Por eso, no dejaron de ser necios ante la Verdad, ante
Dios.
P. Antonio Pavía
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