lunes, 15 de julio de 2024

Partiendo la Palabra Solo en Dios descansa mi alma (I)

 


 

Llevamos hacia el corazón, como María, la exhortación que nos hace Isaías en nombre de Dios: "Buscad a Dios mientras se deja encontrar, llamadle mientras está cercano..."(Is 55,6). 

 Creo que en general, todos deseamos que esto sea verdad. Israel lo creyó, pero no se puso en guardia ante el padre de la mentira (Jn 8,44). Este sembró tanta cizaña, cuna de la necedad, en sus corazones que dieron "por bueno y suficiente" hacer rezos y rezos, incluso con Salmos, sin preocuparse por la sintonía entre lo que rezaban y la mentira que campeaba inmune en sus corazones, provocando así una piedad endeble, infructuosa.

 Dios, que por encima de todo es Padre, vio que el Tentador había dejado ciego y sordo a su pueblo y, compadecido, no solo de su pueblo, sino de toda la humanidad, también ciega y sorda, decidió la Encarnación de su Hijo. Jesús, Palabra Viva y Verdadera, descendió, cumplió su Misión y ascendió al Padre, como el mismo Isaías, había profetizado: "Mi Palabra, no volverá a mí de vacío sin que haya cumplido la Misión a la que la envíe" (Is 55,11).

  Y en el contexto de la Misión de Jesús señalamos que El, creó con su Evangelio, la Fidelidad de nuestros corazones a Dios, para que pudiéramos descansar en Él.

 

P. Antonio Pavía 

comunidadmariamadreapostoles.com

 

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