Deberíamos estremecernos ante el dolor que siente Jesús al ver a toda una
muchedumbre con el corazón vacío y estéril, por no estar pastoreado. Mateo en
el mismo contexto nos narra la tristeza de Jesús al ver tantos israelitas
vejados y abatidos por no estar pastoreados, por la carencia de Palabras de
Vida en sus almas. (Mt 9, 36...) Esa fue la realidad que se encontró el Hijo de
Dios y el peligro de que esta realidad se repita es constante. A este respecto,
Jesús hablará de la vaciedad de "los preceptos enseñados por hombres"
(Mt 15,9) que no poseen la Fuerza de las Palabras de Vida Eterna que sí cambian
el corazón.
En una situación de desconcierto de los Apóstoles, Jesús les preguntó si
querían dejarle; entonces Pedro iluminado por el Espíritu Santo dio, y a todos
nos sirvió, la razón para seguir con El; la razón de ser del Discipulado:
Así respondió a Jesús: ¡Donde iremos Señor, Tú tienes Palabras de Vida Eterna!!
(Jn 6,67-68). No nos engañemos: si no nos dejamos pastorear por las Palabras de
Jesús, es decir por su Santo Evangelio, nuestras almas estarán abatidas y
aplastadas, tal y como las vio Jesús en esa muchedumbre de la que hemos
hablado. Y la respuesta solo la puedes dar tú...busquemos en nuestras
Parroquias comunidades o grupos que nos pastoreen con el Evangelio de
Jesús.
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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