lunes, 29 de julio de 2024

PARTIENDO LA PALABRA Solo en Dios descansa mi alma (V)

 




Hemos visto que Jesús vino al mundo a cumplir la voluntad del Padre: "que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad" (1 Tm 2,4 ).

 En este sentido, fijémonos en el Calvario, en Jesús crucificado. Primero se dejó despojar de su dignidad, al aceptar su condena a muerte, no como un héroe sino como un malhechor, una basura a los ojos de todos. Vemos al Cordero Santo, Inocente, en los estertores de su agonía, entregando su espíritu al Padre diciéndole:

 ¡Todo está cumplido! (Jn 19,30). Fue su grito de victoria y que resonó glorioso en el Cielo e hizo temblar a los demonios, pues había comenzado la cuenta atrás de su dominio sobre el hombre. El príncipe de la Mentira fue vencido por Jesús, Camino, Verdad y Vida (Jn 14,6).

  Desde la Cruz Jesús que había dicho a un escriba que quería seguirle: "El Hijo del Hombre no tiene donde reposar la cabeza (Mt 8,20 b) la reposó en la Cruz...y resulta que los brazos de madera de la Cruz...se convirtieron en los brazos acogedores del Padre que le susurraba al oído... ¡Misión cumplida... Descansa en mi Hijo mío!

 Os doy una Buena Noticia: Así es como el Padre, acoge en su muerte, a los Discípulos de su Hijo.

 

P. Antonio Pavía 

comunidadmariamadreapostoles.com

 

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