sábado, 12 de julio de 2014

Pedro, el primero Lc 9,2-18



                                                        
Estaba Jesús orando en solitario… ¿Sabéis por qué? Porque cuando se habla con el Padre hay que estar sólo, es la manera idónea de oír contestaciones… Cuando hay mogollón de ruidos alrededor no oyes nada, ¡Haz la prueba y dile todas las cosas que quieras, hay tanto que contar al cabo del día!
Lo normal es que te diga: “Ten paciencia, no te pongas nervioso, ni decaigas, espera tranquilo y déjame hacer”, y cada vez que te dice eso te pones más nervioso y más impaciente pero… Espera y verás. A mí me lo dice todos los días ¡hasta que se harte!, porque pesada soy un rato.
Al tema: Pues allí que estaban los discípulos pegados y en silencio como siempre y Jesús al verles, preguntó: ¿Quién dice la gente que soy yo? (mal traducido porque parece que pregunta ¿qué soy Yo?… Pues un Señor ¡jolín!, que va a ser ¿una planta?  Y ellos le dijeron que cualquier “famoso anterior y de la época”, menos ser el Hijo de Dios y entonces Jesús queriendo que los apóstoles se escucharan así mismos, volvió a preguntar: “¿Y vosotros, (Sabía muy bien lo que pensaban) qué  decís quien soy yo?”   
Y  Pedro, el protector de todos  (nuestro primer Papa) dijo: Tú eres el Mesías de Dios.
Y les ordenó que no lo dijeran a nadie. Esto último sí que no lo entiendo… Encima que le reconocen va y les dice que se callen. ¡Mira Jesús! Si empezamos así, no vamos a ningún sitio… Si yo te reconozco y puedo ¿No es para contarlo?
-¡Pues no, pesada! Eso lo sabemos tú y yo, qué te crees ¿qué, vas a discutir por mí?, ni lo sueñes, cuando sea el momento yo hablaré por ti… Nada de estar pegando voces como esos “pastores en camisa y vaqueros” por las calles de Nueva York, si hija, esos tipos que gritan con micrófono que no veas… O cuando te enervas en una reunión porque no piensan como tú y la lías… Pues te callas y es mejor.
Yo buscaré a mi gente, no te preocupes y les abriré el camino a mi manera, en mi casa, en mi Libro y a través de mis discípulos que conocen bien mis Palabras.
-¿Te has percatado?, pues léeme, escúchame y entérate.  
- Sip, vale.

  
Emma Diez Lobo

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