viernes, 28 de abril de 2017

¿Dios, estás ahí?

                                                                
                               

-¡Claro, ya te lo dije el día que me fui de la tierra!, ¿es que no te enteraste, ni te enteras cuando te lo digo cada día que vas a mi Casa?

- No, si ya… Pero Hijo, tengo unos problemones que aumentan por momentos… 

- ¿Qué hice el día que faltaron panes para todos?, ¿no resolví el problemón, como tú dices, haciendo mi voluntad de dar sin medida?

- No, si ya… Pero yo no estoy en aquella pradera…

- ¡Y qué más da dónde estés, pareces tonta! Lo que te pasa es que te derrumbas antes de que Yo actúe y lo haré cuando yo quiera, no cuando tú me lo digas porque ¡querida!, no es el  momento idóneo… 

- ¡Jopé! ¿Pero Tú te has puesto en mi lugar?

- Más que eso, acuérdate de cuando dije “¿Por qué os preocupáis de qué vais a comer o vestir? Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, lo demás se os dará por añadidura, pues bien sabe vuestro Padre lo que necesitáis para vivir… No penséis en el mañana porque a cada día le basta su contrariedad”.  
    
- ¡Venga vale! Es que se me olvidan las cosas (ya sabes que los años no perdonan).

- ¡Pues para eso te di un Libri… tóoooo majestuoso, hija! y los hay de todos los tamaños, no tienes que ir con el “Vulgata” gordo que pesa un quintal y medio.

-Ya, ya… Y Dios con sus Palabras me tranquilizó sobremanera. ¡Es infalible, siempre tiene contestación para todo!

Emma Díez Lobo


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