A
ti que tienes maldad en tu alma… ¿Sabes que la vida no termina aquí? “En aquél
lugar” hay fuego, dolor, amargura, desesperación… El mismo fuego con que quemas
España y exterminas vidas sin saber si estaban en manos de Dios…
¡Qué locura!
No
les diste tiempo a huir de tu maldad ¿Te hizo algo el bebé?, mientras lloraba pidiendo
auxilio al mundo, tú reías absorto “¡Qué
proeza la mía, de cuánto soy capaz!!!”, ¿no le oías?, ya, estabas
contemplando tu triunfo…
Pero
Dios te vio, te vio desde el principio cómo aniquilabas la vida humana, animal
y vegetal. ¿No Le viste? Lástima por ti, porque ante tus malévolos ojos, cogió
en sus brazos al bebé, le calmó y le quitó todo rastro de dolor que tú le
provocaste a conciencia, pero ¿sabes? no se qué hará contigo, no lo sé… El bebé
era uno de sus pequeños intocables.
Algún
día dejarás de dormir para sumirte en la más profunda pena. Lo siento por ti,
difícil vivir así, tremendo morir así.
No
puedo juzgarte ni debo, pero hermano, quien “a
fuego mata a fuego muere”, o clamas clemencia a Dios o clamarán tu alma
desde las tinieblas ¡Tú decides!
Acoge
Señor las almas que el fuego te envió y dales la luz y la libertad que aquí les
fue arrebatada; dales praderas frescas y ríos limpios, dales el sosiego de la
paz.
R.I.P
Emma Díez Lobo
No hay comentarios:
Publicar un comentario