jueves, 12 de julio de 2018

Palabras de aliento




 Que tus despertares, te despierten.

Y que, al despertarte, el día que comienza te entusiasme.

Y que jamás se transformen en rutinarios los rayos del Sol que se filtran por tu ventana, en cada nuevo amanecer.

Y que tengas la lucidez de concentrarte y de rescatar lo más positivo de cada persona que se cruce en tu camino.

Y que no te olvides de saborear la comida, detenidamente, aunque “sólo” se trate de pan y agua.

Y que encuentres algún momento durante el día, aunque sea corto y breve, para elevar tu mirada hacia lo Alto y agradecer, por el milagro de la salud, ese misterioso y fantástico equilibrio interno.

Y que logres expresar el amor que sientes por tus seres queridos.

Y que tus abrazos, abracen.

Y que tus besos, besen.

Y que los atardeceres te sorprendan, y que nunca dejen de maravillarte.

Y que llegues cansado y satisfecho al anochecer, por la tarea satisfactoria realizada durante el día.

Y que tu sueño sea calmo, reparador, y sin sobresaltos.

Y que no confundas tu trabajo con tu vida, ni tampoco al valor de las cosas, con su precio.

Y que no te creas más que nadie, porque, sólo los ignorantes desconocen que no somos más que polvo y ceniza.

Y que no te olvides, ni por un instante, que cada segundo de vida es un regalo, un obsequio, y que, si fuésemos realmente valientes, deberíamos bailar y cantar de alegría al tomar conciencia de ello.

Como un pequeñísimo homenaje al misterio de la Vida, que nos acoge, nos abraza y nos bendice. 

(F. Daniel Karpuj)

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