La gente camina por la calle… Siempre
con algún problema o desgracia entre manos. Sí, es como vivir enfadados con la
vida.
¿Hay
alguien feliz por ahí?...
Nadie contesta, el viento se hace bucle en el entorno de las cien penas que inundan
sus pensamientos. El calor abruma y la mente se lamenta.
¿Hay
alguien que se acepte?...
Nadie contesta, el sonido de los pájaros
se diluye en el ambiente enrarecido y te miran como si vieran a un
extraterrestre que importuna.
¿Hay
alguien en paz?... Nadie
contesta, esa palabra “no existe” en realidad.
¿Hay
alguien que confíe en Dios?
Y entonces te encasillan en el grupo de los fanáticos o débiles que no saben
vivir sin un “dios inventado”.
Sin consuelo y lamento; con dinero y
sin escrúpulos, con vanidad e individualismo, hacen hoy el camino las
multitudes. “El final” no interesa, ni para muchos cuenta y los males crecen sin
desenfreno como la amargura y la miseria espiritual.
Saben más
que Dios y hablan más que su Evangelio. “Eruditos” de la vida y por la vida,
van dando lecciones de ignorancia estudiada para alzar las banderas del “yoísmo”,
del “todo vale”, de la injusticia, de la depravación, de…
-
Señor, no cuentan Contigo, se ponen de espaldas a Ti como si Tú no hubieras
venido a dar respuesta y paz al hombre. Me pregunto, si con tanto espaldarazo, no
acabará tu paciencia como en Sodoma y Gomorra (ciudades depravadas). Por otro
lado, gracias eternas, pues en medio del bacanal en que vivo, he entendido que significa
ser discípulo de tu Palabra.
-El fuego volverá sobre la tierra… Pero
por una sola alma que se salve hoy, valió Mi Vida. Respondió.
Emma
Díez Lobo
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