No equivoquemos necesidad con deseo.
Cuando Jesús hizo el milagro de la pesca llenando las redes de peces, no
satisfizo el deseo de unos pescadores, sino la necesidad de esos pescadores de
pescar para vivir.
En este Pasaje de Jesús, hay tres cosas importantísimas:
La FE. Dios te ayudará siempre y cuando
confíes sin la menor duda.
La Necesidad. Cuando lo que pides es una
“exigencia” importante a los ojos de Dios, para un bien mayor del alma o de su
Ministerio.
La Caridad. Dios te da y tú has de
repartir su bien.
Él hizo cientos de milagros, ahí los
tienes Escritos en Los Evangelios ¡Trasládalos a tu vida y los verás! Tal vez
no te ponga un brazo que te falte, ni te quite de cuajo un Alzheimer, se trata de
CONFIAR en ÉL y dejarle las manos libres.
Qué triste que solo nos acordemos de
Dios, como acto final y con mil dudas, cuando la vida nos da un revés. El mar
no hizo caso a los apóstoles, sino a Dios.
Las redes se llenaron… ¡Cuantas veces te
llenó a ti la vida! Y la caridad desapareció porque ya no te hacía falta Dios. Como
católico no cumpliste… Y ¿Ahora quieres un milagro más?
¡Benditos los que nada tienen y siguen
adorando a Dios! Esa es su pesca, el amor que sienten agradecidos y además, lo
difunden.
Si no tienes… Te dará y dando, recibirás.
Pero ¿En qué “lugar” estabas tú?...
Emma
Díez Lobo
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